Hacia la estación de Finlandia, una revisión del siglo XXI

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Hacia la estación de Finlandia, una revisión del siglo XXI

Por Michel Bauwens, http://p2pfoundation.net

Draft ranslation from Medialab Prado in Madrid.

Correction by Juan Martín Prada.

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Hacia la estación de Finlandia, una revisión del siglo XXI

Por Michel Bauwens, http://p2pfoundation.net


Summary

Este ensayo consta de tres partes. La primera parte incluye una presentación preliminar relativa a la naturaleza de la crisis actual y cómo es posible/realista esperar la posible aparición de un periodo de crecimiento renovado. La segunda parte explica la función que desempeñan las dinámicas peer-to-peer en esta reorientación de la economía política. La tercera parte explica las implicaciones políticas y posibilidades de una transición de fase hacia una sociedad postcapitalista centrada en la producción entre pares.


Primera parte: Comprendiendo la crisis actual

La naturaleza de la crisis actual


Mi comprensión de la crisis actual se inspira en los trabajos sobre las ondas largas de Kondratieff y cómo han sido actualizados en particular por Carlota Pérez, en su trabajo: Revoluciones tecnológicas y capital financiero. Tanto Badalian como Krovorotov han revisado y reinterpretado este trabajo recientemente.

Estos enfoques hacen referencia esencialmente a la interpretación de la historia económica como una serie de ondas largas de desarrollo tecnológico incrustadas en un determinado marco institucional de apoyo. Estas ondas largas acaban inevitablemente en crisis, en una inesperada crisis sistémica, una señal de que el marco anterior ya no resulta operativo.


¿Por qué ocurre esto?

Estas ondas tienen una lógica interna determinada. Durante su periodo de gestación, en el que se erige la nueva tecnología, se generan unos índices de actividad y euforia que no pueden emerger realmente dado que el marco institucional todavía refleja la realidad anterior. A esto le sigue un periodo de maduración, marcado por una adaptación institucional, una inversión masiva por parte del estado y una inversión productiva por parte de las empresas que deriva en un ciclo de crecimiento. Finalmente, se experimenta un periodo de declive y saturación en que el estado no participa y las inversiones comerciales se convierten en parasitarias, originando un ciclo de retracción con burbujas financieras especulativas que finaliza en una inesperada crisis sistémica (1797, 1847, 1893, 1929 o 2008).

Para comprender mejor el periodo actual dentro de este marco, debemos considerar algunas fechas relevantes:

1929: año de la inesperada crisis sistémica que concluye la onda larga anterior 1929-1945: periodo de gestación del nuevo sistema 1945-1973: periodo de maduración o periodo culminante del sistema fordista basado en los módicos precios del petróleo nacional de Estados Unidos 1973: crisis petrolera inflacionaria que deriva en una globalización externa, así como en una inversión especulativa, y la fase a la baja que finaliza en la inesperada crisis sistémica del año 2008

Lo importante es que cada onda larga de aproximadamente 50 o 60 años se ha basado en una combinación de distintos desarrollos estructurales en la producción y en la distribución. Mientras que la economía moderna se centra fundamentalmente en el aspecto monetario de las cosas, la crisis sólo se puede explicar si atendemos también su ámbito físico.


Por lo tanto, cada ciclo de onda larga consiste en una interacción de

1) un nuevo sistema de energía (por ej., la dominación británica se centró en el carbón, mientras que la dominación estadounidense en el petróleo). Cuando se inicia una nueva onda, el poder dominante disfruta de un acceso privilegiado a un recurso nacional económico que establece su predominio; cuando ese recurso económico se agota, la crisis (inflacionaria) que surge y derroca a ese poder, busca nuevos recursos en el resto del mundo. Como resultado, se obtiene una globalización dinámica y el despertar de una nueva periferia. La última fase se vincula tanto a la globalización y control de los recursos energéticos externos, como al excedente militar, un factor crucial en el debilitamiento de la dominación del participante principal.

2) algunas innovaciones tecnológicas radicales (cuyo número no excede de tres, según los autores). Las últimas tres: 1830: Vapor y ferrocarril • 1870: Ingeniería pesada • 1920: Automoción y producción masiva.

3) un nuevo sistema “hiperproductivo” de “explotar el territorio”. Aquí es donde aparece el uso de la tierra. Durante el último periodo, y a pesar de que se refutan los beneficios totales, la agricultura industrial y la “Revolución verde” realmente condujeron a un incremento de la capacidad de la producción agrícola. La última fase “parasitaria” de un ciclo de onda larga aparece marcada por una hiperexplotación del territorio existente. El paradigma del “Gran Cuenco de Polvo” en el medio oeste americano constituye un buen ejemplo de ello. Este cúmulo de problemas llevó a su vez a la búsqueda de nuevos métodos de aprovechamiento para el desarrollo de nuevos tipos de tierra en el próximo ciclo.

4) un sistema financiero adecuado: esto es, el nuevo tipo de empresas públicas y las inversiones del Nuevo Acuerdo (como el Plan Marshall) de la fase del ciclo de crecimiento, que se convertirían en las inversiones parasitarias del capitalismo de la segunda fase. Lo que es más importante, Badalian y Krovorotov observaron que los nuevos sistemas financieros eran más sociales que los anteriores, como es el caso de la sociedad por acciones que permitía la inversión a un gran número de accionistas.

En la fase de crecimiento, los nuevos medios financieros de expansión fomentan las grandes inversiones en infraestructura necesarias para la creación del nuevo motor de acumulación integrado; en la fase de declive, el sistema financiero excede las posibilidades de la economía productiva, se separa de ella, y promueve las inversiones parasitarias.

5) un contrato social determinado. Aquí podemos ver también las ondas de una “socialización” más intensa. Por ejemplo, el contrato social fordista crea al consumidor masivo en la primera fase, basado en la paz laboral, mientras que en la segunda fase parasitaria, la parte correspondiente al trabajador se reduce drásticamente y se sustituye por una deuda sistémica de consumidores, lo que lleva a la inesperada crisis sistémica actual.

6) Una forma particular de concebir la organización de instituciones humanas; en concreto, la concepción de los tipos de negocio y las relaciones de la patronal con los trabajadores, aunque también, y de forma interna, los tipos de colaboración existentes entre los empleados y entre los empleados y la patronal.

6) Como hemos mencionado anteriormente, cada onda queda dominada también por un gran poder político; la segunda fase de expansión es testigo del despertar de una nueva periferia que siembra el nacimiento de una futura onda de dominación por parte de los nuevos participantes. Por ejemplo, los Estados Unidos quedaron al margen de la gran onda ocupada por el Imperio Británico, pero dominaron en la fase siguiente.


Raíces de la crisis actual

No debemos olvidar las características esenciales del ciclo de contracción que favorece el crecimiento en una primera fase y se convierte en una carga poco productiva en la segunda, originando una fase de declive de la onda.

Si revisamos los seis factores, podremos apreciar fácilmente dónde radican los problemas:


La era del gran suministro de combustible fósil está llegando a su fin; tras el ocaso del petróleo (cada vez será más caro), la producción basada en petróleo resulta poco rentable. La energía nuclear no constituye un verdadero sustituto del petróleo dado que su propia materia prima está igualmente sujeta a su desaparición y plantea muchos problemas a largo plazo relacionados con el remanente. La era de la producción masiva, basada en el sector automovilístico, supone una carga medioambiental demasiado pesada para ser sostenible, y en gran parte depende de una energía de transporte rentable. La agricultura industrial destruye la misma tierra que utiliza y se basa fundamentalmente en derivados del petróleo perecederos. El sistema financiero no funciona y el rescate de 10 billones de dólares drena las inversiones productivas hacia inversiones parasitarias poco productivas. El contrato social fordista, que concluyó en los años 80, ha originado el continuo despertar de la clase media occidental y una precariedad generalizada que ya no funciona tras la inesperada crisis sistémica. La antigua potencia dominante, Estados Unidos, ya no puede permitirse su dominación y ha despertado a la periferia (con toda probabilidad Asia Oriental). Aquellas potencias que desean competir buscan nuevas estructuras sociales que permitan su desarrollo. Ya no confían en las estrategias de la agonizante onda larga para lograr sus objetivos, sino que deben invertir en otras nuevas.


Semillas de lo nuevo


¿Qué clase de innovaciones podemos esperar de una nueva onda?

El desarrollo tecnológico de las energías renovables necesita inversiones de al menos 150.000 millones de dólares, solamente en Estados Unidos, para que sea rentable. Un Nuevo Acuerdo Verde podrá impulsar la nueva era energética. El uso energético masivo de la era del combustible fósil se sustituirá por un uso energético más preciso e inteligente. La energía solar se constituirá probablemente en el pilar de las energías renovables, aunque complementada con otras formas.

La era de la producción masiva será reemplazada por una producción más local en series pequeñas basadas en desarrollos tales como: la creación flexible y rápida de prototipos basada en la fabricación, la personalización masiva, la fabricación personal y aditiva, y la maquinaria multiuso. Este sistema de fabricación flexible, que resulta mucho más rápido, económico, adaptado y compatible con la energía solar y renovable, sólo puede prosperar si existe un mayor compromiso participativo. Para ello será necesario un nuevo despertar de la inteligencia de la producción y la iniciativa personal (que tanto desaconsejaron los distintos planteamientos del sistema industrial), incluyendo los sistemas basados en la planificación central.

La agricultura orgánica postindustrial ha demostrado ser ya más productiva que la destructiva agricultura industrial, pero necesita generalizarse; el uso de la tierra debe diversificarse en ciudades que favorezcan una agricultura vertical más intensa. Este tipo de agricultura utiliza la diversidad como centro y se rige por los más sofisticados ciclos de retroalimentación de la naturaleza. Además, le ahorra tiempo a la mano de obra. En las últimas décadas, se han sembrado los cimientos del nuevo sistema financiero basado en una socialización incrementada hacia una sociedad civil: 1) los fondos de riqueza soberana vuelven a incluir la producción pública en las decisiones de inversión; 2) el sistema bancario islámico y algunos mecanismos similares evitan el hiper-aprovechamiento que destruyó al sistema de Wall Street; 3) las microfinanzas amplían los horizontes de los emprendedores y de la financiación en la “base piramidal”; 4) los mecanismos de financiación masiva, los préstamos sociales y los distintos enfoques crediticios de los bienes comunes aumentan la disponibilidad del crédito; 5) se impone un recargo sobre la circulación de dinero para reducir la incidencia de inversiones parasitarias


El despertar de la periferia de los nuevos países emergentes entrañará probablemente la dominación de la región del Este Asiático. No obstante, existen todavía oportunidades para otros participantes emergentes siempre y cuando consigan integrar adecuadamente los recursos productivos de la nueva onda larga a nivel local. En este contexto, podemos observar el emergente éxito de Brasil, mientras que Rusia mantiene su ingente masa de tierra y sus recursos productivos sin explotar.

Los medios sociales e Internet, utilizados ahora por la sociedad civil y los individuos conectados a la red, modificarán drásticamente tanto la naturaleza de los negocios como la de otras organizaciones humanas. La organización empresarial y laboral sufrirá un marcado proceso de rediseño con el fin de incorporar los beneficios hiperproductivos de los medios sociales.


El sistema peer-to-peer y el nuevo contrato social


Históricamente, se asocia una nueva fase de larga duración al recrudecimiento del papel del estado y del sector público capaces ahora de realizar las inversiones necesarias que la inversión privada no pudo llevar a cabo en sus fases tempranas.

No obstante, no debemos olvidar que una de las principales características del nuevo periodo es el renacimiento del papel de la sociedad civil. Internet permite la autoagregación de las fuerzas de la sociedad civil a la creación de un valor común gracias a la producción entre pares. Las comunidades globales han demostrado ser hiperproductivas en la creación de productos de conocimiento complejos, software de código abierto gratuito y diseño abierto asociado a la fabricación distribuida.

Esto implica el nacimiento de un sistema híbrido de producción que combina la existencia de comunidades internacionales de diseño abierto autogestionadas, asociaciones benéficas[1] en forma de fundaciones que administran la infraestructura de cooperación, y una ecología de empresas asociadas que beneficie y contribuya desde esta producción entre pares basada en el procomún.

Estas empresas, que habilitan y potencian la producción social del valor, son los gérmenes de las empresas dominantes del futuro (Google, eBay, etc.). Las empresas deberán participar en el codiseño y la cocreación, mientras que la distribución (miniaturización) de los medios de producción física, liberará las posibilidades de aquellas unidades de producción más pequeñas y localizadas para que desempeñen funciones más importantes. Creemos que la función de las multinacionales, con fines lucrativos y sin raíces en las comunidades locales, desaparecerá para ser rápidamente sustituida por los nuevos modelos de entidades que combinan el beneficio con la producción de bienes sociales y públicos. La inversión socialmente consciente, los fondos de riqueza soberana, las microfinanzas, el espíritu social emprendedor, el comercio justo y la aparición de entidades benéficas apuntan a este nuevo futuro institucional de empresa. Para el estado, esto implica la conversión de los modelos de estado de bienestar o neoliberales al modelo de estado de socios, que habilita y potencia la producción social.

Por lo tanto, el nuevo contrato social implica:

  • La expansión del espíritu emprendedor a la sociedad civil y a la base piramidal.
  • La obtención de buenos resultados gracias a las buenas prácticas de las nuevas instituciones.
  • Mecanismos financieros sociales basados en la agregación peer-to-peer.
  • Mecanismos sustentadores de la innovación social (codiseño, cocreación) y la producción entre pares por parte de la sociedad civil.
  • Empresas participativas y otras organizaciones humanitarias.
  • Enfoque centrado en una producción física precisa y más localizada en pequeñas series, pero vinculada a las comunidades internacionales de diseño abierto.

Esta nueva onda larga sobre la que especulamos es, por supuesto, hipotética y requiere establecer algunas salvedades.

En primer lugar, no puede tener lugar sin un largo periodo de confusión y adaptación, necesario para la recuperación de la deuda del periodo anterior.

En segundo lugar, e independientemente del hecho de que estas ondas largas se hayan presentado estructuralmente en los últimos dos siglos, las graves crisis relacionadas con el agotamiento de los combustibles fósiles, así como el impacto del cambio climático, podrían dificultar estas expectativas.

También podría ser, teniendo en cuenta la incompatibilidad del actual sistema de crecimiento infinito con la conservación de la biosfera, que estas tendencias cíclicas fueran abolidas e interrumpidas por crisis de mayor relevancia, incluyendo la propia supervivencia del capitalismo.

No obstante, creo que existe una verdadera posibilidad de que se produzca una próxima onda larga basada en un nuevo contrato social, en el que los capitalistas netárquicos y las comunidades de producción entre pares desempeñen un papel mucho más importante. Es muy probable que la expansión de esta onda larga quede interrumpida a mitad de camino.

Es muy probable que observemos: 1) un periodo de recuperación y reestructuración; 2) un nuevo ciclo de repunte de la nueva onda.

Sin embargo, la crisis del sistema actual se convierte precisamente en sistémica cuando el repunte alcanza la primera mitad de la crisis de la Onda de Kondratieff, en el contexto de una serie de crisis y retos relacionados con el incesante cambio climático y la escasez de recursos, posibilitando una transición de fase ulterior a un sistema postcapitalista compatible con la conservación de la biosfera.

La nueva modalidad que ha surgido con anterioridad a la crisis como una nueva práctica social, política y económica, es la dinámica peer-to-peer; en la actualidad, un fenómeno emergente. Creemos que su incidencia se incrementará durante las fases de recuperación y adaptación de la crisis para formar parte del nuevo contrato social, durante el nuevo repunte del ciclo de Kondratieff. Una vez concluida la primera mitad de este ciclo, y cuando el sistema peer-to-peer haya alcanzado cierta paridad, las crisis sistémicas podrán transitar al nuevo sistema convirtiéndose en un metasistema dominante, y el sistema de mercado podrá cristalizarse en un nuevo subsistema integrado en el nuevo sistema.

En este contexto, podemos explicar la importancia del propio sistema peer-to-peer.


Segunda parte: La economía de P2P

Introducción general


Los procesos sociales peer-to-peer son procesos integrales en los cuales los miembros de una red distribuida pueden sumarse libremente a la búsqueda de objetivos comunes, sin presiones externas. Para ello se requieren no sólo sistemas “descentralizados”, sino sistemas “distribuidos” que favorezcan la cooperación de los individuos. Las redes distribuidas tienen restricciones, presiones internas, que son condicionantes para que el grupo funcione, y deben estar integrados en su infraestructura técnica, las normas sociales, o las reglas jurídicas. Más allá de esos inconvenientes, tenemos aquí una notable dinámica social basada en la participación voluntaria para la creación de bienes comunes, puesta a disposición de todos.

Los procesos peer-to-peer están surgiendo literalmente en cada pliegue de la vida social, y han sido extensivamente documentados en las más de 9.000 páginas de documentación de la Foundation for Peer to Peer Alternatives, así como en otros sitios web.

Para ser más precisos, los procesos sociales P2P comprenden:

1) la producción entre pares: siempre que un grupo de pares decide integrarse en la producción de un recurso común.

2) el gobierno de pares: los medios que eligen para gobernarse a sí mismos cuando se incorporan a dicha búsqueda

3) la propiedad de pares: el marco institucional y jurídico que eligen para protegerse de la apropiación privada de su trabajo común; generalmente, esto se traduce en medios no excluyentes de propiedad común universal, como se define en la General Public License, algunas formas de Creative Commons licenses, o modelos similares.

El gobierno de pares combina la libre autoincorporación entre habilidades individuales y tareas de difusión universal, procesos para la validación comunal dentro del amplio conjunto de aportaciones, y mecanismos de defensa de la apropiación privada y el sabotaje. El gobierno de pares difiere de la asignación jerárquica de recursos, de la asignación a través del mercado, e incluso de la democracia, dado que éstos son mecanismos destinados a afrontar la escasez de recursos. El gobierno de pares apunta esencialmente, y con frecuencia lo consigue, a garantizar que ningún “grupo representativo” oficial pueda tomar decisiones sin la comunidad de productores de pares.

Estas nuevas formas de propiedad tienen al menos tres características:

1) están dirigidas contra la apropiación privada del valor creado comunitariamente.

2) están dirigidas a crear el uso más amplio posible, es decir son regímenes de propiedad común universal.

3) equilibran el derecho soberano con el individual.

Este tercer aspecto es lo que diferencia fundamentalmente la propiedad entre pares tanto de la propiedad privada como de la propiedad colectiva.

La propiedad privada es individual pero excluyente, es decir, lo que es mío no es tuyo.

Pero el estado, que es una propiedad colectiva, es también excluyente, pero en otro sentido: es decir, esto es nuestro, pero tú no tienes dominio completo sobre ello. Es nuestro, regulado por la burocracia o la democracia representativa, pero no es realmente tuyo. Lo colectivo se ha apoderado de lo individual y, con frecuencia, implica coerción.

No ocurre así con la Licencia General Pública o las licencias Creative Commons. La propiedad común no es propiedad colectiva.

Al usarla, los individuos tienen plenos derechos, por ejemplo el reconocimiento de su propiedad personal. Estás compartiendo libremente tu soberanía con otros. Esto es especialmente evidente en el esquema de licencias Creative Commons, donde los individuos tienen una amplia gama de opciones sobre cómo compartir. Tienes totalmente el control, es decir que eres “soberano”, y no hay coerción involucrada.

Debemos observar que la producción entre pares es una forma de intercambio “generalizado” o no-recíproco. No es una economía del don basada en el intercambio directo o la obligación de dar. Por lo tanto, la producción de pares no se puede equiparar a la producción cooperativa para el mercado: la participación debe ser voluntaria, no hay recompensa directa (pero si muchas recompensas indirectas) en forma de una compensación monetaria. El proceso en sí mismo es participativo. Y el resultado es igualmente libre, en el sentido de que cualquiera puede acceder y usar el recurso común. En realidad, muchos proyectos de producción entre pares tienen incorporado un pequeño grupo de gente que puede recibir dinero y que usa los recursos financieros para crear una infraestructura a fin de que la producción entre pares pueda realizarse.

Si interpretamos la producción entre pares como un modo de producción, un proceso que conlleva una idea, un “procesamiento” y una fase de producción, éste necesitaría lo siguiente:

Materias primas libres y gratuitas que puedan utilizarse sin pedir permiso. De este modo, la producción de pares requiere la creación de dichas materias primas libres y gratuitas por parte de los propios productores, o materias que sean de dominio público, o que se encuentren ya en un formato de bienes comunes.

El proceso participativo, que no filtra previamente a los participantes, presenta un diseño que permite la inclusión y su posterior validación.

La producción se encuentra disponible a escala internacional y, por lo tanto, utiliza formatos de propiedad entre pares o, en otras palabras: los bienes comunes.

Dado que los bienes comunes generan una nueva capa de información libre y gratuita para su posterior transformación y procesamiento, disponemos de los elementos necesarios para la reproducción social del sistema, al que Nick Dyer-Whiteford denomina “the Circulation of the Common”.

Si observamos estos tres paradigmas interrelacionados: libre/gratuito, participativo y bienes comunes, podremos comprender fácilmente el florecimiento de estos movimientos que luchan por este tipo de condiciones y prácticas sociales en casi cualquier campo de la actividad humana.


Las condiciones para que surja la producción entre pares son fundamentalmente: abundancia y distribución. La abundancia se refiere a la abundancia de intelecto o al excedente de creatividad, a la capacidad de poseer medios de producción con similar excedente de capacidad. La distribución es la accesibilidad a tal excedente de recursos en refinados implementos: Yochai Benkler lo ha denominado modularidad o granulación. De nuevo podríamos hablar acerca de la distribución del intelecto, o de la infraestructura de producción, o del capital financiero.

Es importante distinguir entre dos esferas. En una esfera, la de nuestra cooperación habilitada digitalmente, la reproducción de productos del conocimiento que no sufren competencia, tales como software, contenido, o diseños abiertos; se realiza a costes marginales, y en este caso no sólo no se pierde al compartir sino que se produce una ganancia real a través del efecto de las redes. Esta libre cooperación sólo puede ser dificultada “artificialmente” a través de medios jurídicos (regímenes de propiedad intelectual) o restricciones técnicas como la Gestión de Derechos Digitales, que en esencia dificultan la innovación social que pueda tener lugar. En esta esfera, prevalece un modo de producción no recíproca favorecido por recursos no competitivos que obtienen beneficios en lugar de pérdidas. En la esfera de la producción material, donde los costes de producción son elevados y existen productos que compiten con el nuestro, todavía requerimos regímenes de intercambio, o regímenes de reciprocidad. Observe que en la esfera de la abundancia virtual, donde copiar es algo trivial, no hay tensión entre oferta y demanda, y por lo tanto no hay mercado.


Aspectos postcapitalistas del sistema peer-to-peer


La producción entre pares, al estar incorporada en la economía política actual y ser esencial para la supervivencia de las formas cognitivas del capitalismo, es esencialmente postcapitalista. Esto se debe a que está más allá de la dependencia de los sueldos, fuera del control de la jerarquía corporativa, y no se asignan los recursos de acuerdo a ningún mecanismo de fijación de precios o de mercado.


De igual forma, el gobierno entre pares es postdemocrático, porque es una forma de gobierno que no está basada en la representación, sino que los participantes codeciden en forma directa; y porque no está limitado al campo político, sino que puede ser usado en cualquier campo social. El gobierno de pares no es representacional; esto es esencialmente así porque lo que nos permite la comunicación en red es la coordinación global de pequeños grupos y, por lo tanto, la lógica peer-to-peer de los pequeños grupos puede operar a escala global. Las jerarquías, el mercado, y aún la democracia representativa, lo tienen todo menos los medios para asignar recursos escasos, y no se pueden usar en un contexto en que los recursos abundantes son distribuidos directamente a través del proceso social de cooperación. Sin embargo, dado que la lógica peer-to-peer sólo funciona plenamente en la esfera de la abundancia, siempre debe insertarse por sí misma en las formas que son responsables de la asignación de recursos en la esfera de la escasez material. El liderazgo basado en el gobierno entre pares parece una combinación de liderazgo por invitación, es decir la capacidad de inspirar cooperación voluntaria, con un posterior arbitraje basado en la reputación ganada por esa vía. No obstante, el propio proceso de producción es una propiedad emergente de las redes de cooperación.


Por último, la propiedad entre pares es una forma postcapitalista de propiedad porque no es excluyente y crea los bienes comunes con costes de reproducción marginales. Existen dos formas principales de propiedad entre pares. Una está basada en la oferta individual de expresiones creativas, y está dominada por la opción de Creative Commons que le permite al individuo determinar el nivel de participación. La otra se aplica a la producción entre pares de base comunitaria, y toma la forma de Licencia General Pública o sus derivados o alternativas, y requiere que cualquier modificación en el bien común también pertenezca a la comunidad.


La naturaleza hiperproductiva del sistema peer-to-peer


Las sociedades precapitalistas se basan en la extracción coactiva de excedente y en la asignación jerárquica de recursos. El capitalismo se fundamenta en el proceso, en parte real y en parte ficticio, del intercambio igualitario del valor. En otras palabras, podemos decir que las sociedades coactivas se basan en la motivación extrínseca del miedo, mientras que el capitalismo se basa en la motivación extrínseca del propio interés.

La producción entre pares elimina estructuralmente la motivación extrínseca y la sustituye por la motivación intrínseca o, en otras palabras, por la pasión. En términos psicológicos, es la forma de motivación humana más potente y productiva. Además, el mercado, aunque estructuralmente diseñado para ignorar las externalidades, sólo permite, aún en los mejores casos, perspectivas de pronóstico ganador de interés mutuo. A pesar de que las corporaciones sólo pueden disputarse una calidad relativa en un entorno competitivo, las comunidades de producción entre pares se esfuerzan por obtener una calidad absoluta. Como socialidad objetual basada en la construcción de un valor común disponible para todos, la producción entre pares se esfuerza inherentemente por obtener externalidades positivas y carece de la motivación para crear externalidades negativas en pro del beneficio.

La combinación de todas estas características genera un modo hiperproductivo de producción y una competencia asimétrica con empresas con fines de lucro que confían en una mano de obra asalariada y en una propiedad intelectual hermética.

Esto nos permite formular la atrevida hipótesis de la Ley de competencia asimétrica que expone que:

Cualquier empresa con fines de lucro basada en una IP cerrada y enfrentada a la competencia de una comunidad de producción entre pares, una asociación de beneficios que gestiona la infraestructura de cooperación y una ecología de negocios basada en los bienes comunes, no podrá salir victoriosa de esa carrera competitiva. (Esta hipótesis explicaría los beneficios de Linux con respecto a Microsoft, el incremento de Wikipedia con respecto a la Enciclopedia Británica, como exponentes de otros muchos paradigmas de formalización asimétrica).

Una entidad basada en una propiedad intelectual que obstaculiza la innovación y una apropiación del valor social común que pone freno a las contribuciones gratuitas y lucha por una calidad relativa (de ahí los productos de calidad inferior), no puede sobrevivir a la larga al reto de una competencia libre basada en la producción entre pares.

No obstante, existe un corolario importante a esta primera ley que explica la necesidad de crear sistemas híbridos y la incorporación de la producción entre pares en un contexto global capitalista.

Esta ley expone que:

Una comunidad de producción entre pares que cree una administración sostenible para su infraestructura de cooperación y una ecología empresarial que pueda financiarla, será mucho más competitiva que una comunidad que no pueda hacerlo. La producción no recíproca sólo puede tener lugar en una esfera de relativa abundancia caracterizada por la libre incorporación de cerebros humanos, la propiedad o fácil acceso a los equipos, y el acceso socializado a redes como Internet. No obstante, esta producción entre pares no sería posible si no se puede sostener colectivamente al no mantener un nivel de voluntarismo similar (salidas de compensación con los recién llegados). Además, requiere una infraestructura de cooperación adicional paralela al uso de Internet. Por ejemplo: se requeriría una costosa inversión para la compra de servidores. Por consiguiente, la producción entre pares no puede escapar a la esfera monetaria ni a sus requisitos, exigiendo la aparición de formatos híbridos.

Expondremos esta información sucintamente. Los proyectos entre pares que funcionan, combinan:

  • Una comunidad de autoincorporación libre.
  • Una asociación benéfica, generalmente como una fundación sin ánimo de lucro, que financia y administra la infraestructura de cooperación.
  • Una ecología comercial que practica la compartición de beneficios, la devolución de parte del beneficio obtenido a partir de la venta de valor añadido al mercado, y el retorno a los bienes comunes en los que se basa la creación de su valor. Estos negocios financian la infraestructura de cooperación, contratan a muchos de los participantes y mantienen, de ese modo, la viabilidad y sostenibilidad de sus respectivos bienes comunes.


Adaptación del capitalismo cognitivo al sistema peer-to-peer

Hasta aquí, la evidencia empírica sugiere reformas emergentes de adopción entre la esfera de la cooperación peer-to-peer, y los campos institucional y de mercado.

La esfera de la oferta individual, pensemos en YouTube donde los vínculos de los individuos que comparten información suelen ser relativamente débiles, creó el modelo de negocios Web 2.0. En este modelo, una economía ética de compartir coexiste con plataformas propietarias que permiten y fortalecen el intercambio, a cambio de la oferta de atención añadida. La esfera de la producción de pares orientada por bienes comunes, basada en la fuerte unión entre los cooperadores, como el caso de Linux o Wikipedia, usualmente combina una comunidad autogobernada, con instituciones benéficas (Fundación Apache, Fundación Wikimedia, etc.) que manejan la infraestructura de colaboración, y una ecología de negocios que crea escasez alrededor de los bienes comunes y, como retorno, sostiene los bienes comunes de los cuales se deriva su valor. Por último, el crowdsourcing se produce cuando es la misma institución la que intenta crear un marco, donde la participación se integra en su cadena de valores, adoptando una gran variedad de formas. Éste es generalmente el campo de la cocreación. Existe una dependencia mutua entre la producción entre pares y el mercado. La producción entre pares se basa en los logros y excedente de la actual sociedad de mercado y en los ingresos generados por la participación en el mercado; por otra parte, los participantes del mercado dependen y se benefician cada vez más de la innovación social.

Teniendo en cuenta la ley de competencia asimétrica, es decir, la naturaleza hiperproductiva de la producción entre pares, las corporaciones se ven forzadas a adaptarse a las nuevas prácticas y los participantes emergentes se alían con la producción entre pares. Este tipo de empresas suele ser más competitivo, lo que genera un nuevo sector de “capitalismo netárquico” que habilita y potencia la innovación social y la producción entre pares.

Las corporaciones tienen una función dual dada su naturaleza contradictoria. Deben consolidar la cooperación y compartición, es decir, la apertura que crea valor, pero también deben confinar parte de ese valor al competir en un mercado basado en la escasez.

No olvidemos que el valor monetario que está siendo contenido por los jugadores capitalistas, en muchos si no en la mayoría de los casos, no es del mismo orden que el valor creado por los procesos de innovación social. El usuario-productor-participante está creando valor de uso directo, vídeos en YouTube, conocimiento y software en el caso de proyectos con orientación comunitaria. Este valor de uso se expone en un fondo común, utilizable libremente, y, por lo tanto, no consiste en una serie de productos escasos cuyos precios están en demanda. Las plataformas para compartir viven de la oferta de atención derivada que han creado y no del valor de uso en sí mismo. En el modelo comunitario, los productos comunes también pueden no ser comercializados directamente, sin la creación de una “escasez” adicional.

¿Cuáles son las implicaciones para la esfera del mercado?

En la actualidad, es posible crear todo tipo de valor de uso sin, o con sólo la mínima intervención del capital. Utilizamos modos postmonetarios y postcapitalistas de creación de valor e intercambio, siendo ambos inmanentes al mercado, es decir se integran, pero también lo trascienden, es decir, operan fuera de sus límites. El capital se hace cada vez más dependiente y genera ganancias en toda clase de formas, a partir de las externalidades positivas de esa innovación social.

Por tanto, el desafío puede describirse del siguiente modo: 1) disponemos de un proceso de innovación social que genera un valor no monetario para los participantes; 2) podemos tener una creciente división entre la posibilidad de crear valores postmonetarios y los valores de intercambio derivativo que son obtenidos por las empresas; 3) una gran parte de los participantes inmersos en tan apasionada producción e innovación, no pueden encontrar en ese proceso una respuesta a su propia sostenibilidad.

De ahí la imposibilidad de obtener algo más que una pequeña parte del valor monetario, conforme al punto de vista de la mayoría de los participantes comerciales, incrementando la precariedad de los participantes en la innovación social. En otras palabras, el modelo de mercado actual no parece contar todavía con un proceso de redistribución inverso para el valor que ha sido creado.

Cabe la posibilidad de que esta crisis sea tan sólo temporal, pero resulta difícil de creer. La razón es que el mercado sólo puede, indirecta y parcialmente, proveer compensación monetaria para los procesos que no estén motivados por tal compensación. Lo que necesitamos, por lo tanto, son más procesos generales de redistribución que permitan a la sociedad y al mercado devolver parte del valor que está siendo creado.

Una posibilidad sería el mayor desarrollo de medidas de transición para el mercado laboral (proteger al trabajador y no al trabajo), que reconozcan la flexibilidad y movilidad de las profesiones contemporáneas. No obstante, esto precisa un desarrollo adicional importante: la comprensión de que los trabajadores de la actualidad se están moviendo no sólo de trabajo en trabajo, sino de trabajos a no-trabajos y que, de hecho, lo que les resulta más útil y tiene más sentido para ellos (y para el mercado y la sociedad) no son los trabajos pagados para el mercado, sino los episodios de producción apasionada. En mi opinión, precisamos de una medida más general que no se vincule al trabajo, sino que se conciba como una remuneración de la innovación social, que al mismo tiempo la facilite. Tal tipo de medida es muy probablemente alguna forma de ingreso básico.


Posible expansión de los principios de producción entre pares hacia una producción material


La producción entre pares ocurre naturalmente en la esfera de la producción inmaterial. En esta esfera, el acceso a los recursos distribuidos es relativamente simple. Grandes sectores de la población en los países occidentales son personas instruidas, y pueden disponer de un ordenador. Y los costes de reproducción son marginales.


La expansión de la producción entre pares es dependiente de las condiciones culturales y/o jurídicas. Requiere el uso de material abundante disponible en forma abierta y libre; estructuras participativas para procesarlo y formas de propiedad basada en los derechos comunes para proteger sus resultados de la apropiación privada. A partir de ahí, existe una circulación del bien común obtenido (el concepto procede de Nick Dyer-Whiteford[2]), a través de la cual la producción de pares se expande viralmente.


Sin embargo, la producción entre pares no está limitada a la esfera de la producción inmaterial.

En primer lugar, el diseño de cualquier proceso de producción física debe ser inmaterial; el diseño abierto, aunque más complejo, no es distinto de un conocimiento participativo o de la producción de software libre. Por consiguiente, la producción entre pares puede tener lugar en la fase de diseño de la producción física, siempre y cuando se cuente con una buena infraestructura para este codiseño.


Los recursos físicos se podrán compartir siempre que se encuentren disponibles en un formato distribuido. Por ejemplo: los ordenadores, sus archivos y la potencia de procesamiento. Los viajes en coche pueden ser compartidos. En cuanto al dinero, puede hacerse un fondo para el intercambio financiero como en el caso de Zopa o a través de sistemas crediticios mutuos. Los procedimientos de reconocimiento de riqueza pueden ser la base de la creación de monedas complementarias.

El vertiginoso desarrollo de herramientas y prototipos, la fabricación desde un ordenador personal, los fabricantes personales y las impresoras 3D, la maquinaria multiuso y otros avances similares, pueden y rebajarán el umbral de participación, creando una mayor modularidad y granulación en otros campos. De hecho, podemos observar que la misma tendencia a la miniaturización, la cual lleva al ordenador en red, está ocupando su lugar en los dominios de la maquinaria física. Teniendo en cuenta la reducción del coste del capital de los recursos naturales, no resulta difícil imaginar una combinación de comunidades de diseño abierto con modelos cooperativos de producción física relocalizada.

Tal expansión no es más que una extensión natural de la evolución técnica, pero tiene impedimentos estructurales y, por lo tanto, políticos. Las formas de capital centralizado de los antimercados neoliberales contemporáneos impiden obviamente tal expansión. Pero, aún con tales restricciones, el margen para la expansión de la producción entre pares es significativo.

Nuevamente, aquí podemos plantear la siguiente duda. En la esfera inmaterial, la producción entre pares no recíproca parece haberse vuelto dominante. En el campo de la escasez, veremos el crecimiento de los modos de producción entre pares. Esto significa que las formas de los mercados están comenzando a cambiar, yendo de la lógica del puro capitalismo (creando productos de intercambio que permitan incrementar el capital), a aquella donde la lógica de intercambio está sujeta a la lógica de la asociación. Pensemos en el comercio justo (un mercado sujeto al arbitraje de pares), en los emprendedores sociales (donde las ganancias se emplean para sostener metas sociales), la base de la pirámide del capitalismo inclusivo y los distintos movimientos político-sociales que apuntan a separar las formas de mercado de la lógica de crecimiento infinito del capitalismo, tales como el movimiento del capitalismo natural en los Estados Unidos.

En los últimos dos o tres años, hemos sido testigos de la renovada aparición y rápido crecimiento de las comunidades artesanales, los movimientos de fabricantes, la fabricación desde un ordenador personal distribuida a través de plataformas comerciales y los movimientos de hardware libre y abierto. El hardware libre es un fenómeno que atrae continuamente a más adeptos, con empresas como Arduino y Buglabs que se han convertido en paradigmas vivientes y modelos funcionales que inventan sus propias plataformas e infraestructuras, como es el caso del banco de hardware de código abierto.

Este último puede considerarse especialmente significativo dado que muestra cómo las comunidades que producen hardware abierto, como las relacionadas con las placas de circuitos electrónicos de Arduino, crean sus propias ecologías empresariales.

Estas comunidades combinan el modelo de bienes comunes triárquico existente (comunidad-fundación-empresa) con una solución al problema de la recuperación de costes de la producción física. Como consecuencia, están apareciendo alternativas viables a los modelos corporativos tradicionales que, conforme a la hiperproductividad inherente que hemos comentado anteriormente, desempeñarán un papel dominante.

Con el fin de evolucionar y ampliar el marco de acción más allá de los confines actuales de la esfera de la producción inmaterial, se necesitarán infraestructuras más distribuidas que complementen las infraestructuras de comunicación ya existentes:

  • Energía distribuida: requiere un distanciamiento de la producción de energía centralizada basada en combustibles fósiles perecederos y un acercamiento a la energía renovable de producción de infraestructuras familiares.
  • Sistemas de divisas distribuidos y múltiples: las plataformas de metadivisas permitirán a las comunidades locales y virtuales (basadas en afinidad) la creación de mecanismos de intercambio no basados en interés compuesto y en la banca de reserva fraccional y ambas pueden promover el intercambio especializado en la comunidad, evitar una desvertebración globalizada y crear una infraestructura alternativa de intercambio intercomunitario e interindividual.
  • Fabricación abierta y distribuida: se deben reconfigurar los bienes de capital distribuido con umbrales completamente reducidos, como los desarrollados en la actualidad, e integrarlos en una visión de producción relocalizada en el contexto de una cooperación global con comunidades de diseño abierto.


Tercera parte: La política del P2P

La teoría P2P como la posibilidad emancipatoria de la era


Nuestra actual economía política está basada en un error fundamental: la creencia de que los recursos naturales son ilimitados y que surgen de una fuente inagotable. Esta falsa creencia genera una escasez artificial de recursos culturales potencialmente abundantes. Esta combinación de cuasi-abundancia y cuasi-escasez destruye la biosfera y dificulta la expansión de una cultura libre e innovación social.

En una sociedad basada en el P2P, la situación se invierte: se parte de la base de que los recursos naturales son limitados y la abundancia de recursos inmateriales se transforma en el principio operativo central.

La visión de la teoría del P2P es la siguiente:


1) el principal valor intelectual, cultural y espiritual será producido a través de una producción entre pares no recíproca;


2) está rodeado de una esfera de intercambio material modificada, inspirada en la de los pares;


3) está conducido globalmente por un sistema de gobierno y un estado reformado inspirado en el de los pares, un “estado de socios que habilita y potencia la producción social de valores”.

Debido a estas características, se puede decir que el sistema peer-to-peer puede estar llamado a ser la lógica central de la civilización que sucederá a la presente y la respuesta o la solución a la crisis estructural del capitalismo contemporáneo.

En realidad, y considerando que un sistema de crecimiento infinito es lógica y físicamente imposible en un entorno natural limitado, el sistema mundial actual se enfrenta a una crisis estructural en cuanto a su crecimiento extensivo. Estamos consumiendo actualmente “dos planetas”, y necesitaríamos cuatro planetas si China e India igualaran los actuales niveles de consumo de Occidente. Debido a la crisis ecológica y de recursos que esto provoca, el sistema está limitado, sin lugar a dudas, en su expansión extensiva.

Sin embargo, el deseo de un desarrollo intenso en la esfera inmaterial está igualmente bloqueado, dado que la esfera de la abundancia y la producción social directa de valor a través de la producción entre pares, genera un crecimiento exponencial en el valor de uso, pero sólo un crecimiento lineal de las oportunidades de mercado en sus márgenes.

El actual sistema mundial se está enfrentando a una crisis similar a la del esclavista Imperio Romano, el cual no pudo crecer extensivamente (en algún punto, el coste de la expansión es mayor que los beneficios de la productividad añadida), pero tampoco pudo crecer intensivamente, porque esto podría requerir la autonomía de los esclavos. De ahí que surgiera un sistema feudal que se reenfocó en lo local, dado que podía resultar mucho más productivo crecer “intensivamente”. Los siervos, que estaban vinculados a la tierra pero ahora tenían familias, una parte fija de su producción y una menor carga de impuestos, fueron claramente más productivos que los esclavos. Los Señores tomaron una parte sustancialmente menor del excedente. Hoy, el crecimiento extensivo está bloqueado a la larga, pero el crecimiento intensivo en la esfera inmaterial requiere una reconfiguración sustancial que trascienda ampliamente la lógica actual del sistema.

Del mismo modo, la actual crisis estructural ocasiona una reconfiguración de las dos clases principales (tal como los dueños de esclavos se convirtieron en señores feudales, y los esclavos se convirtieron en siervos). Hoy en día observamos la aparición de una clase netárquica de dueños del capital, que está abandonando su dependencia del actual régimen de acumulación inmaterial por medio de la propiedad intelectual y asumiendo un rol de habilitadores de la participación social a través de plataformas propietarias, que combinan inteligentemente elementos abiertos y cerrados a fin de asegurar una parte del control y las ganancias, mientras que los trabajadores del conocimiento están pasando de ser una clase que estaba disociada de los medios de producción, a una que ya no lo está, dado que sus mentes y las redes son ahora sus medios de producción. (Sin embargo, aún están muy disociados de los medios de monetización autónomos). Sería justo decir que, actualmente, las comunidades de producción entre pares son sustentables colectivamente, pero no individualmente, lo que lleva a una crisis de valor y a una amplia precariedad entre los trabajadores del conocimiento.

En mi opinión, la solución apuntaría en la siguiente dirección:

  • el sector privado reconoce su creciente dependencia de las externalizaciones positivas de la cooperación social y, junto con las autoridades públicas, acepta un nuevo compromiso histórico en la forma de un ingreso básico; esto permite que la esfera de cooperación prospere aún más, creando beneficios en el mercado.
  • la esfera del mercado queda disociada del capitalismo del crecimiento infinito (explicar cómo se puede hacer esto requeriría un artículo por separado, pero la clave podría ser una reforma macro-monetaria similar, como la que propone Bernard Lietaer, asociada a un nuevo régimen que extienda la producción de dinero de los bancos privados al campo social a través de sistemas monetarios abiertos).
  • la esfera de la producción entre pares genera “sistemas de reconocimiento de valores” adecuados para reconocer aquello que sostiene su existencia; ya existen sistemas que pueden convertir el valor de la reputación en un ingreso.


Gobierno de pares y democracia


Así como las infraestructuras técnica y social del sistema peer-to-peer, como es el caso de los medios sociales y los equipos autogestionados, están surgiendo para convertirse en un formato importante, si no el dominante, para los cambios inducidos por el capitalismo cognitivo[3], la dinámica relacional del sistema peer-to-peer tendrá cada vez más efectos políticos.

A modo de recordatorio, la dinámica relacional P2P asoma allí donde haya redes distribuidas, por ejemplo en redes donde los agentes son libres de tomar acciones y establecer relaciones, y allí donde no haya coerción y los mecanismos de gobierno surjan desde la base. Esto crea procesos tales como la producción entre pares, que es la producción común de valor; el gobierno de pares, es decir el autogobierno de tales proyectos; y la propiedad entre pares, el sistema autoinmune que evita la apropiación privada de los bienes comunes.


Es importante hacer una distinción entre el gobierno de pares de una multitud de grupos globales pequeños pero coordinados, quienes eligen procesos no representativos en los que los participantes codeciden sobre los proyectos, y la democracia representativa. Esta última constituye una forma descentralizada de participación en el poder basada en elecciones y representantes. Dado que la sociedad no es un grupo de pares con un consenso a priori, sino una estructura descentralizada de grupos en competencia, la democracia representativa no puede ser reemplazada por el gobierno de pares.


Sin embargo, ambos modos se influenciarán y acomodarán entre sí. Los proyectos de pares que crecen más allá de una cierta escala y comienzan a enfrentar la toma de decisiones sobre escasos recursos, probablemente adoptarán algún mecanismo de representación.

De hecho, todavía podemos aportar un poco más de información acerca de los modelos emergentes del gobierno de pares. En el modo de compartir, centrado en torno a la compartición de la expresión individual, donde los vínculos de la red son relativamente frágiles, las plataformas propiedad de terceros se responsabilizan del establecimiento de normas de diseño que habiliten la compartición y exijan algún tipo de apertura que genere el valor, aunque compensada por la necesidad de capturar ese valor con las posibilidades existentes y el poder de movilización de las comunidades que comparten. En la producción entre pares de los bienes comunes, como hemos visto en el software libre, observamos la aparición de un modelo triárquico que combina la comunidad autogestionada y autoincorporada “sin pedir permiso” con una asociación benéfica (generalmente, una ONG que hace las veces de fundación) que gestiona la infraestructura de cooperación y se sujeta a las normas oficiales democráticas, y la presencia de una ecología empresarial de creación de valor de mercado, adicional a los bienes comunes, que devuelve parte de los beneficios compartidos a la Fundación o comunidad garantizando, de este modo, la continuidad de los bienes comunes de los que dependen. Independientemente de que estos modelos se utilicen de forma continuada en el amplio espectro de la producción social, éstos no se aplicarán en la polis en su totalidad.

La toma de decisiones representativa y burocrática puede ser remplazada, y lo será en algunos casos, por redes de gobierno global que pueden autogobernarse en gran medida pero, en todo caso, podrá incorporar, y debería hacerlo, más y más modelos de multipropietarios que insistirán en incluir como participantes en la toma de decisiones a todos los grupos que puedan estar afectados por tales acciones. Este modelo de asociación basado en grupos es diferente, aunque tiene el mismo espíritu, del gobierno de pares de base individual, porque ambos comparten un ethos de participación.


Hacia un estado de socios

La política de un estado de socios es una estrategia en la cual el estado habilita y potencia las comunidades de usuarios para que creen valores por sí mismos, enfocándose también en la eliminación de obstáculos.

El cambio fundamental en el enfoque es el siguiente. En la visión moderna, los individuos son vistos como atomizados. Se cree que necesitan un contrato social que delega la autoridad en un soberano a fin de crear la sociedad, y que necesitan la socialización mediante instituciones que los toman como una masa indiferenciada. En la nueva visión, sin embargo, los individuos están casi siempre conectados con sus pares, y ven las instituciones como si fueran pares. Por lo tanto, las instituciones tendrán que evolucionar para convertirse en soporte de esas ecologías, encontrando la manera de crear infraestructura de soporte.

Los políticos se transformarán en intérpretes y expertos, con lo que podrán gestionar, dentro del campo institucional, los problemas que surjan en las redes de la sociedad civil.

El estado se convertirá en un árbitro al menos neutral (o mejor aún: favorable a la comunidad); es decir que será el metaregulador de las tres realidades, y abandonará el dilema binario estatal/privado por una opción tripartita que logre una mezcla óptima entre la regulación gubernamental, la libertad del mercado privado y los proyectos autónomos de la sociedad civil.

Un estado de socios reconoce que la ley de la competencia asimétrica establece que debe apoyar la innovación social hasta su máxima capacidad.

Un ejemplo que encontré hace poco fue el trabajo de la municipalidad de Brest en la Bretaña francesa. En éste, la sección de “Democracia Local” de la ciudad, bajo el liderazgo de Michel Briand, facilita infraestructura en línea, módulos de entrenamiento, y comparte infraestructura física (cámaras, equipo de sonido, etc...) de tal manera que grupos e individuos de la localidad puedan crear proyectos culturales y sociales por sí mismos. Por ejemplo, el proyecto Territoires Sonores[4] permite que el público cree archivos de audio y vídeo para enriquecer sus propias pistas; por lo tanto, ese material no es producido por una compañía privada ni por la misma ciudad. En otras palabras, en este caso la autoridad pública facilita y potencia la producción social directa de valor.

La dinámica peer-to-peer y el pensamiento y la experimentación que inspira, no sólo presenta una tercera forma de producción de valor social, también produce nuevas formas de institucionalización y regulación, que podrían ser fructíferamente exploradas y/o aplicadas.

Incluso, surge una nueva institucionalización de la sociedad civil, los comunes, como un nuevo modelo de regulación y propiedad. A diferencia de la propiedad privada, que es excluyente, y de la propiedad estatal, en la cual lo colectivo “expropia” lo individual, en el caso de los comunes el individuo retiene su soberanía, pero voluntariamente la comparte. Sólo la estrategia de la propiedad basada en comunes reconoce la tendencia del conocimiento a fluir por todos lados, mientras que el régimen de propiedad necesita una lucha radical contra esa propensión natural. Esto le da al formato de comunes más posibilidades para ser adoptado como la solución más competitiva.

En términos de la institucionalización de estas nuevas formas de propiedad común, Peter Barnes, explica en su importante libro, Capitalism 3.0, cómo los parques nacionales y los bienes comunes medioambientales (como el propuesto Sky Trust) pueden ser manejados por los trusts, ya que estos tienen la obligación de mantener todo el capital (natural) intacto, y a través de “un hombre/un voto”, estarán a cargo de preservar los recursos naturales comunes. Esta podría ser la alternativa acordada para contraponerse tanto a la nacionalización como a la desregulación/privatización.

Yo podría suponer que en la civilización que nos sucederá, en la que la lógica peer-to-peer sea la lógica central para la creación de valor, los comunes serán la institución central que impulse el metasistema, y el mercado será un subsistema de pares que se ocupe de la producción de productos físicos rivales, junto a una economía pluralista que esté complementada con una variedad de esquemas de reciprocidad.


Un conjunto de propuestas concretas


Del mismo modo que la innovación social y la producción de pares es hiperproductiva y “competitiva” en la esfera de la competencia corporativa, ésta también resulta productiva para cualquier autoridad pública que la adopte en sus propias esferas territoriales.

Esto orienta la influencia política hacia un conjunto de tres propuestas interrelacionadas que aseguraría la posterior expansión de la producción de pares:

La propuesta relativa al tipo de medidas de transición necesarias para estimular aún más la producción social es la siguiente: un conjunto de tres instituciones interconectadas con misiones y objetivos complementarios propios:

1) Instituto para la protección y el desarrollo de los bienes comunes

Esta institución apoya la creación y mantenimiento eficaz de los bienes comunes:

A) difundiendo y protegiendo el conocimiento relativo a los medios jurídicos e institucionales de creación.

B) generando una infraestructura de cooperación que facilite la creación de iniciativas orientadas a los bienes comunes por parte de personas con dificultades de acceso a esta infraestructura.

C) alimentando relaciones y favoreciendo el funcionamiento y mantenimiento de las instituciones benéficas con frecuencia asociadas a las iniciativas de los bienes comunes.

Ejemplo: el apoyo público a la creación de valor social en la ciudad francesa de Brest.

2) Instituto para los Open Business

Esta institución defiende la creación de un valor de mercado con los bienes comunes, sirviéndose de métodos compatibles que no diezmen la creación de valor basada en los bienes comunes. Generalmente, este tipo de institución respalda a las empresas de software de código abierto, a los editores de libros de texto gratuitos y a los jóvenes emprendedores que empiezan y desean dedicarse a este campo.

Ejemplo: la iniciativa OSBR.Ca de Toronto, Canadá.

3) Instituto para la compartición de beneficios y el reconocimiento de los bienes comunes

Esta institución centra sus esfuerzos tanto en el patrocinio como en los distintos modelos de apoyo que no devastan la lógica peer-to-peer de las contribuciones voluntarias.

A) A priori, promueve la creación de premios, galardones y regalos que estimulan la labor de aquellos individuos implicados en la creación de valor basado en los bienes comunes.

B) En colaboración con las empresas (impulsadas por el instituto comercial anterior), promueve las prácticas de compartición de beneficios para aquellas empresas que se benefician del valor creado por los bienes comunes. Actúa como un metaregulador de dichas prácticas, identificando los puntos débiles y planteando soluciones a los mismos.

A) A posteriori, fomenta la creación de patrocinios para individuos que han demostrado ser capaces de crear valores basados en los bienes comunes.

B) Estudia y plantea políticas para el fomento general de la creación de valores basados en los bienes comunes.


Una política progresiva renovada centrada en el sostenimiento de los bienes comunes

¿Qué significa todo esto para las tradiciones emancipatorias que emergieron de la era industrial?

Yo creo que puede tener dos efectos positivos:


1) una disociación de la conexión automática con las modalidades burocráticas del gobierno (lo que no significa que esto no sea apropiado en ciertas circunstancias); pueden realizarse propuestas que apoyen directamente el desarrollo de los bienes comunes.

2) una disociación de la alternancia: desregulación/privatización; el apoyo de los bienes comunes y la producción entre pares indica que hay una alternativa tanto para la privatización neoliberal como para la introducción blairista de la lógica privada en la esfera pública.

Los movimientos progresivos pueden así convertirse en informacionales, en lugar de ser una modalidad de la sociedad industrial. En vez de defender el statu quo industrial, resulta nuevamente una fuerza ofensiva (digamos: luchando por una sociedad de la información basada en la equidad), aliada más de cerca con las fuerzas y movimientos abiertos, libres, participativos y orientados a los bienes comunes. Estos tres movimientos sociales han surgido debido a la necesidad de una reproducción social eficiente de la producción de pares y de los comunes.

Los movimientos abiertos y libres quieren asegurar que haya disponibilidad de materia prima para la producción y apropiación cultural libres, y luchan contra las rentas monopólicas de acuerdo al capital, ya que éstas restringen realmente la innovación. Trabajan desde el lado input de la ecuación. Los movimientos participativos quieren asegurar que cualquier persona pueda usar su particular combinación de conocimientos para aportarlos a los proyectos comunes, y trabajan para disminuir el umbral técnico social y político. Finalmente, el movimiento de los comunes trabaja para preservar los comunes de la apropiación privada, de tal manera que su reproducción social esté asegurada y para que su circulación pueda continuar sin impedimentos, como los comunes que en su momento crearán nuevos niveles de material abierto y libre. Estos distintos movimientos se presentan en los tres tipos habituales:

  • Movimientos transgresores, como los de usuarios jóvenes y viejos que comparten archivos, lo que demuestra que el régimen jurídico debe ser cambiado.
  • Movimientos constructivos, los que crean un marco para nuevos tipos de relaciones sociales, tales como el movimiento Creative Commons, el movimiento del software libre, etc...
  • Reformistas o intentos radicales de cambiar el régimen institucional y adaptarlo a las nuevas realidades.

Personalmente creo que todos esos movimientos no crean nuevos partidos políticos, sino que esas redes de redes podrán, efectivamente, buscar uniones políticas. Mientras que el P2P es un régimen que combina igualdad y libertad y, por lo tanto, combina potencialmente elementos de distintos lados del espectro político, creo que la izquierda es particularmente apta para forjar una alianza con los nuevos deseos y demandas de estos movimientos. Queda todavía por ver si la nueva expresión política y cultural de la cultura libre emergente, como el Partido Pirata Sueco, cambiará esa expectativa gracias a la creación de una nueva clase de fuerza política más directamente relacionada con las comunidades de producción entre pares.

También existe una conexión con el movimiento medioambiental. Mientras que los movimientos orientados culturalmente luchan contra la escasez artificial inducida por los regímenes restrictivos de las leyes de derechos de autor y la ley de patentes, el movimiento medioambiental lucha contra la abundancia artificial creada por la lógica del mercado irrestricto. La eliminación de la pseudo abundancia y la pseudo escasez es precisamente lo que tiene que ocurrir para hacer que nuestra civilización humana sea sostenible en este nivel. Como ya remarcó Richard Stallman y otros autores, los regímenes de derechos de autor y patentes tienen la intención expresa de inhibir la cooperación libre y el flujo cultural entre humanos creativos, y son tan perniciosos para un mayor desarrollo de la humanidad como la destrucción de la biosfera.

Para concluir, la restauración del equilibrio entre un régimen material que reconoce la escasez y un régimen inmaterial de abundancia, no puede ser analizada independientemente de los esfuerzos de las fuerzas sociales que pretenden obtener una mayor justicia social, vinculando, por tanto, a las nuevas fuerzas participativas abiertas/libres de los bienes comunes con los movimientos sociales emancipatorios.

Existe por lo tanto un gran potencial para este renovado movimiento por la emancipación humana que resulte alineada con los valores de una nueva generación de jóvenes, y para conseguir la ventaja a largo plazo que los Republicanos han logrado desde los ochenta.


Conclusión: ¿Qué acciones se deben tomar?

Resumamos algunos de estos puntos, y veamos cómo el movimiento contra la escasez artificial y el pro-sostenibilidad se entrecruzan.

Vivimos en una economía que está haciendo las cosas exactamente al revés de como debiera.

Creemos que nuestro mundo natural es infinito y, por lo tanto, que podemos tener un sistema económico basado en un crecimiento infinito. Pero debido a que el mundo material es finito, ese sistema, en realidad, está basado en una pseudo abundancia.

Además creemos que deberíamos generar escasez artificial en el mundo de la producción inmaterial, impidiendo el libre flujo de la innovación social y cultural, el cual está basado en la cooperación libre, mediante la creación del obstáculo de los permisos y del cobro de los derechos de propiedad intelectual protegidos por el estado.

En su lugar, lo que necesitamos es una política económica basada en una verdadera noción de escasez en el dominio material, y la aceptación de la abundancia en el dominio inmaterial. Una innovación compleja necesita trabajadores creativos y autónomos que no vean limitada su capacidad para compartir y aprender de los demás.

En el mundo de la producción inmaterial, de software, textos y diseños, los costes de reproducción son marginales y, por lo tanto, vemos aparecer allí la producción entre pares no recíproca, en la que la gente se incorpora voluntariamente en la creación directa del valor de uso, obteniendo ganancias de los resultados comunes de una manera general, pero sin reciprocidad específica.

En el mundo de la producción material, donde tenemos escasez y donde los costes deben ser recuperados, tal falta de reciprocidad no es posible y, por lo tanto, necesitamos modos de intercambio neutral como los mercados, u otros modos de reciprocidad.

En la esfera de la producción inmaterial, la humanidad está aprendiendo las leyes de la abundancia, porque los productos que no compiten ganan en valor cuando se comparten. En este mundo, estamos evolucionando hacia licencias no propietarias, modos participativos de producción, y formas de propiedad orientadas a los bienes comunes. Están apareciendo formas positivas de afinidad basadas en la retribalización.

Pero en un mundo de bienes materiales escasos, se está generando una serie de crisis de escasez, siendo el calentamiento global sólo una de ellas, que están llevando a la aparición de formas negativas de tribalización competitiva.

La lógica de la abundancia tiene el potencial de dirigirnos a reorganizar nuestro mundo hacia un nivel de alta complejidad, movidos principalmente por la lógica de pares.

La lógica de la escasez tiene el potencial de llevarnos a una guerra generalizada por los recursos, a un descenso a una forma más baja de complejidad, a una nueva era oscura, como sucedió después de la desintegración del Imperio Romano.

Entonces, el desafío es usar la lógica emergente de la abundancia e inyectarla dentro del mundo de la escasez

¿es una posibilidad realista?

En el mundo inmaterial de la abundancia, compartir no es un problema, y la posterior aparición y expansión de formas de producción no recíprocas puede ser muy deseable. “Juntos conocemos todo”, es un ideal bastante alcanzable.

En el mundo material de la escasez, la abundancia se traduce en tres conceptos clave que pueden cambiar la conciencia humana y, por lo tanto, las prácticas económicas. La noción de “juntos tenemos todo” no parece muy fácil de lograr; por lo tanto, necesitamos conceptos transicionales.

El primer concepto es la distribución de todo. Esto significa que en vez de abundancia, tenemos una porción de los recursos físicos y de los medios físicos de producción, de tal modo que los individuos pueden incorporarse y actuar libremente. Esto equivale a una economía que se dirige hacia una visión de formas de mercado de pares como el comercio justo (un mecanismo de mercado sujeto al arbitraje de pares, con productores y consumidores vistos como socios), y el espíritu emprendedor social (usando las ganancias para el progreso social consciente). Las tendencias objetivas hacia la miniaturización de los medios físicos de producción hace de esto una posibilidad peculiar: la fabricación desde un ordenador personal permite la existencia de diseñadores individuales; la fabricación y creación rápida de herramientas hacen que disminuya la ventaja de la escala de producción industrial, y es también el caso de los fabricantes personales. Los préstamos sociales crean la distribución del capital financiero; y la producción social directa de dinero a través del soporte no está muy lejos de lograrse en distintas partes del mundo (consultar el trabajo de Bernard Lietaer); incluso si la escasez hace que la energía y la materia prima sean más caras, es posible la relocalización de la producción, y los modos de producción basados en pares serán factibles en mayor medida.

El segundo concepto es la sostenibilidad. Teniendo en cuenta que un sistema de crecimiento infinito no puede durar indefinidamente, debemos optar por nuevos conceptos de mercado, tal como los descritos por la escuela del capitalismo natural (David Korten, Paul Hawken, Hazel Henderson), el Capitalismo 3.0 (la propuesta de Peter Barnes de usar trusts como formas de propiedad porque están obligados a la preservación del capital), el diseño de “cuna a cuna” y los procesos de producción en los que no se generan desperdicios. Debemos adoptar una economía de estado pasivo (Herman Daly), que no necesariamente es estática, sino una en la que gran parte de la producción, por naturaleza, depende de nuestra habilidad para regenerar los mismos recursos.

El tercer concepto es el de la suficiencia o “plenitud”. La abundancia no es únicamente objetiva, sino también subjetiva. En la economía material, el crecimiento infinito necesita ser reemplazado por la suficiencia, la comprensión de que el estatus y la felicidad humanas no pueden seguir dependiendo de la acumulación material infinita y el exceso de consumo, sino que dependerán de la acumulación y crecimiento inmaterial. Tener lo suficiente de manera que podamos dar sentido y estatus a través de nuestra identidad como individuos creativos y colaboradores, reconocidos en nuestras distintas comunidades de pares.

Sólo una economía rica en experiencias puede sortear una cultura de frustración y sacrificio, así como la represión e infelicidad que pueden acarrear. Esta economía de experiencias, sin embargo, no será creada sencillamente mediante franquicias comerciales, sino que lo hará la producción social directa de valor cultural. Los negocios y las comunidades de pares, habilitados y potenciados por un estado de socios, crearán un rico tejido de valor inmaterial, y cuanto más importante sea el valor inmaterial del “ser”, menor será nuestra atadura con el simple ‘tener”.


Perspectivas de la crisis actual

¿Cómo afecta la crisis/depresión actual, resultado del colapso financiero que tuvo lugar en otoño de 2008, a la visión anterior, que se proyectó mucho antes de esta aparición no lineal de la crisis?

Existen dos posibles interpretaciones de la crisis. La primera, inspirada en los ciclos de largo plazo de Carlota Pérez, permite analizar la crisis actual como el final de un ciclo que comenzó en 1945. Su trabajo describe una fase inicial de gran crecimiento de 30 años, seguida de una fase neoliberal de crecimiento reducido basada en el estancamiento salarial y en el consumo intensificado por la deuda que fue financiado por las nuevas potencias asiáticas. Con el fracaso irrevocable de este modelo y de la inmensa burbuja financiera que generó, era de esperar, tras una larga depresión que durará al menos una década, una nueva fase de expansión del capitalismo basada en el capitalismo verde y en el cambio de instituciones propulsado por la revolución de Internet (un proceso que sólo ha tenido lugar en la sociedad civil y en los márgenes institucionales, y que no ha permitido la consecución de un nuevo equilibrio). Teniendo en cuenta esta perspectiva, la nueva estructura de demandas sociales generada por la aparición del sistema peer-to-peer, reportará un nuevo ajuste social, permitiendo su crecimiento de su presente fase inicial a un nivel de paridad a finales de la próxima fase de crecimiento. Si nuestra interpretación de la imposibilidad de un crecimiento infinito en un sistema natural finito no es errónea, el último fracaso de un capitalismo verde establecerá las bases de una transición de fase en la que el sistema peer-to-peer pasará a ser el centro de la nueva sociedad, como se explica en nuestro texto. A esto lo denomino la autopista hacia el sistema peer-to-peer, porque, a pesar de los momentos de crisis cíclicos, la transición podría ser relativamente tranquila y reemplazar las estructuras anteriores que disponen de un alto nivel de productividad, minimizando el dolor social.

Existen dos posibles inconvenientes en este panorama. El primero es que el fracaso de la administración de Obama al reformar estructuralmente el sistema y suplantar el poder de la casta financiera depredadora, empobrece las posibilidades del estado al no asignar medios para las políticas sociales, generando una desvertebración global y de la humanidad hacia comunidades resistentes que utilizan modelos inspirados en P2P a escala local. El segundo inconveniente hace alusión no sólo a los largos ciclos del capitalismo como sistema, sino a los efectos combinados de sus problemas estructurales. Esta situación plantea graves e innumerables problemas relacionados con el cambio climático y el agotamiento del petróleo y de los recursos, que no permiten el desarrollo de una nueva fase de expansión. Este elemento por sí solo, que puede combinarse con el primero, también aboca a una desvertebración global y a comunidades resistentes que simbolizan una “carretera secundaria” a un sistema peer-to-peer en el contexto del inmenso dolor social.


Relación con los modelos marxistas de cambio social anteriores

Todo lo anterior puede interpretarse como un argumento de las teorías marxistas de cambio social previas.

Si tuviera que resumir la actitud política del movimiento socialista, lo haría del siguiente modo: trabajadores que necesitan tomar el poder para producir un cambio social que genere una nueva estructura social, política y económica.

Sin embargo, las transiciones de fase de un tipo de civilización a otro no ocurren realmente así.

El cambio de la esclavitud al feudalismo se produjo gracias a que algunos propietarios de esclavos, presionados indudablemente por las revueltas esclavistas que tuvieron lugar en una infraestructura estatal derruida, cambiaron la condición de esclavo por la de colono, y un gran número de ellos establecieron las condiciones necesarias para una transición de fase hacia el feudalismo. El cambio fundamental se debió a un coherente conjunto de modificaciones aplicadas tanto entre los productores como entre los administradores y benefactores de la producción.

En el contexto de una crisis feudal posterior al siglo XVI, la transición del feudalismo al capitalismo tuvo lugar porque una parte de la nobleza pudo valorar la productividad superior de la empresa capitalista, financiando y participando en dichos proyectos, para dejar atrás a sus pares no desligados de la tierra. Conforme la crisis se intensifica y la nueva clase capitalista híbrida se hace dominante, las revoluciones políticas finalizan la transición de fase.

El socialismo no contaba con un modo superior de producción que pudiera cambiar la sociedad capitalista en su foro interno y prepararla para la transición de fase.

En comparación, la hiperproductividad de la producción entre pares había creado ya una nueva clase de capitalistas netárquicos que invertían en la producción social y se hacían con el poder gracias a la administración de Obama. La inversión en modelos híbridos de producción entre pares fortalece paradójicamente la lógica postcapitalista de la sociedad capitalista. Es la congruencia entre los productores entre pares y los capitalistas netárquicos lo que promueve el cambio, causando finalmente que la forma germinal de la producción entre pares alcance un nivel paritario, quizá conduciendo a la última fase de cambio.

En esta etapa de decadencia y crisis del sistema que destruye la biosfera, las fuerzas sociales de los productores de pares y capitalistas netárquicos establecen las condiciones para una fase de cambio posterior.

La lucha política actual pretende ayudar a las comunidades a que defiendan y promuevan sus intereses con los propietarios de las plataformas, y facilitar a las comunidades productoras de pares orientadas a los bienes comunes autónomos la defensa de su autonomía al cooperar con las ecologías empresariales modificando, de este modo, las propias prácticas de las corporaciones.

Se están desarrollando nuevos modelos que interactúan sinérgicamente para conformar un conjunto alternativo integrado de prácticas sociales.

El desarrollo de esta nueva esfera genera una enérgica alternativa en un declive global del sistema, conformando una alternativa real que puede inspirar movimientos sociales todavía enraizados en el mundo laboral capitalista y estableciendo las condiciones para una transformación política y social de la estructura básica de la sociedad.

Si acaece, este cambio mantendrá cierta coherencia con las transiciones de fase del pasado.




[1] En el texto original se emplea el término “for-benefit” para diferenciar a estas instituciones de las “for-profit” y “nonprofit.” (Nota de los traductores).

[2] http://www.fims.uwo.ca/people/faculty/dyerwitheford/

[3] http://blog.p2pfoundation.net/category/cognitive-capitalism

[4] http://www.wiki-brest.net/index.php/Territoires_Sonores